Modern Life Is Rubbish es el segundo álbum de estudio de la banda inglesa de rock alternativo Blur, lanzado en mayo de 1993. Aunque su álbum debut Leisure había sido un éxito comercial, Blur enfrentó una severa reacción mediática poco después de su lanzamiento y cayó en desgracia del público. Después de que el grupo regresó de una gira fallida por los Estados Unidos, las presentaciones en vivo mal recibidas y la creciente popularidad de la banda rival Suede disminuyeron aún más el estatus de Blur en el Reino Unido. Bajo amenaza de ser eliminado por Food Records, para su próximo álbum, Blur se sometió a un cambio de imagen defendido por el líder Damon Albarn. La banda incorporó influencias de grupos tradicionales de guitar-pop británicos como los Kinks y los Small Faces, y el sonido resultante fue melódico y exuberantemente producido, con metales, instrumentos de viento y coristas. La letra de Albarn en Modern Life Is Rubbish utiliza "un humor conmovedor y una caracterización de Ray Davies para investigar los sueños, las tradiciones y los prejuicios de los suburbios de Inglaterra", según el escritor David Cavanagh. Modern Life Is Rubbish fue un éxito moderado en las listas del Reino Unido; el álbum alcanzó el puesto 15, mientras que los sencillos extraídos del álbum se ubicaron en el Top 30. Aplaudida por la prensa musical, la retórica anglocéntrica del álbum rejuveneció la suerte del grupo después de su crisis posterior a Leisure. Modern Life Is Rubbish está considerado como uno de los lanzamientos definitorios de la escena pop británica, y sus secuelas que encabezan las listas, Parklife y The Great Escape, vieron a Blur emerger como uno de los principales actos pop de Gran Bretaña.